Uno de los temas más populares de la psicología positiva es la resiliencia.

Para algunos, la resiliencia es una especie de rasgo de personalidad de una “droga milagrosa”, algo que puede curar todas las heridas y corregir todos los males.

Si bien la resiliencia puede no ser la suma de todos los rasgos de la personalidad, es un tema que merece siempre una buena reflexión por una buena razón: es un rasgo maravilloso a desarrollar y, quizás después de la perseverancia es el más importante de todos.

Antes de que sigas leyendo, pienso que te gustaría visualizar un vídeo que ilustra la resiliencia en pocos minutos por qué debes seguir leyendo este artículo.

¿Qué es la resiliencia? Una definición

Psychology Today lo describe de esta manera:

“La resiliencia es esa cualidad inefable que permite a algunas personas levantarse y continuar más fuertes que nunca. En lugar de dejar que el fracaso los supere y agote su determinación, encuentran la manera de resurgir de las cenizas «.

En pocas palabras, la resiliencia me gusta definirla coloquialmente como la capacidad y la tendencia a “coger impulso para continuar”.

El impulso generado es el la protección mental necesaria para enfrentamos a la decepción, la derrota y el fracaso puntual o continuado.  La resiliencia es lo que permite en gran medida a que las situación no nos deprima, nos levantamos y continuamos con nuestras vidas.

Este impulso debe ser acompañado con un período de «recuperación«, algo que en tiempo difiere mucho de la personalidad.

La recuperación siempre es necesaria después de afrontar una derrota. Este tiempo debe ser visto como un proceso para alinear el objetivo y volver a enfrentarnos mejor preparados ante la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o las fuentes importantes de estrés que estemos expuestos.

Aunque existe muchísima bibliografía sobre la resiliencia (y todos muchos rasgos relacionados con ella como la perseverancia) se piensa inequívocamente que se aplica solo a los más inspiradores, impresionantes y asombrosos seres humanos, pero la resiliencia es sorprendentemente común en todas las personas.

La resiliencia no se trata de flotar por la vida en la brisa, o pasar ileso por todos los desafíos de la vida; más bien, se trata de experimentar todos los eventos negativos, difíciles y angustiosos que la vida te presenta y permanecer concentrado, optimista y de alto funcionamiento. De hecho, desarrollar resiliencia básicamente requiere entrenar la angustia emocional.

Si nunca nos encontramos con una decepción nunca aprenderíamos a lidiar con ella.

Como ves aparece siempre la palabra «entrenar» porque son actitudes que pueden entrenarse.  Si quieres saber cómo puedo ayudar a tu empresa/equipo no dudes en hacer clic aquí.

Cuando lo piensas en esos términos, es fácil ver que todos mostramos una resistencia bastante impresionante. Algunos de nosotros somos más resistentes que otros, pero todos alguna vez hemos sido derribados, derrotados y abatidos en algún momento de nuestras vidas; por eso es necesario ser consciente de las aptitudes y actitudes que hemos fortalecido para ayudarnos a seguimos adelante.

Resiliencia y tenacidad mental: ¿Cuál es la diferencia?

Aparte del término «recuperación», existen muchos conceptos similares con los que se suele asociar la resiliencia. Por ejemplo, la resiliencia se usa con frecuencia de manera intercambiable con «tenacidad mental».

Entonces, ¿Qué es la tenacidad mental? La tenacidad mental es “un rasgo de la personalidad que determina en gran parte cómo las personas afrontan el estrés, la presión y el desafío independientemente de las circunstancias” (Strycharczyk, 2015).

Es en parte resistencia (optimismo y predisposición hacia el desafío y el riesgo), en parte confianza , y es lo que permite a las personas tomar lo que venga con calma, con un enfoque en lo que pueden aprender y ganar de la experiencia.

Si bien la asociación con la resiliencia es comprensible, también es fácil ver en qué difieren: la resiliencia es lo que ayuda a las personas a recuperarse de un revés, pero la tenacidad mental puede ayudar a las personas a evitar experimentar un revés en primer lugar.

Como dice Doug Strycharczyk, “ Todas las personas mentalmente fuertes son resilientes, pero no todas las personas resilientes son mentalmente fuertes ” (2015).  Aquellos que son mentalmente duros no solo pueden recuperarse, es más probable que vean las dificultades como un desafío bienvenido y lo reciban con una sonrisa.

Resiliencia versus determinación

Otro sinónimo de resiliencia que se usa comúnmente es «tener agallas», pero ¿son realmente las agallas un sinónimo de resiliencia?

Según la organización Building Learning Power del profesor Guy Claxton, la determinación no es solo un sinónimo de resiliencia:

“La determinación se define como la tendencia a mantener el interés y el esfuerzo hacia metas a largo plazo. Está asociado con el autocontrol y el aplazamiento de la gratificación a corto plazo «

La resiliencia se define de manera más restringida, aunque se relaciona con las mismas experiencias, habilidades y competencias.

Una forma sencilla de pensar en las diferencias entre resiliencia y determinación es que la resiliencia se refiere más a menudo a la capacidad de recuperarse de las luchas a corto plazo, mientras que la determinación es la tendencia a apegarse a algo a largo plazo, sin importar lo difícil que sea o cuántos obstáculos enfrenta.

Es genial tener resistencia y agallas, pero está claro que se refieren a dos rasgos diferentes.

Resistencia mental: ¿otro sinónimo de la Resiliencia?

Otro concepto similar a la resiliencia es la resistencia mental. La resistencia mental se refiere a la fuerza mental o interna que usamos para enfrentar nuestros desafíos. Requiere fuerza de voluntad, autodisciplina y perseverancia para desarrollar y mantener la resistencia mental. Aunque no es específico para “recuperarse” del trauma o la adversidad, está relacionado en el sentido de que ambos rasgos nos ayudan a lidiar con las dificultades en nuestras vidas.

¿Cuál es el significado de la entereza?

Finalmente, está la fortaleza, otra palabra que se usa a menudo junto con o en lugar de «resiliencia».

El diccionario Merriam-Webster define la fortaleza como «la fuerza mental que permite a una persona enfrentarse al peligro o soportar el dolor o la adversidad con valentía«.

Esto comparte algunas similitudes obvias con los otros constructos mencionados anteriormente, a saber, fortaleza mental y resistencia mental.

Los tres están arraigados en esta idea de fuerza interior, una reserva de poder mental que podemos aprovechar para superar los momentos más difíciles.

En el próximo post conversaremos sobre los marcadores para potenciar nuestra resiliencia, la importancia de ser resiliente y los efectos en la salud.

Recuerda que en el libro Persistilina tienes una guía completa para aprender a ser más resiliente.