Bienvenido al segundo post sobre resiliencia. (el primero lo puedes leer aquí)

Escuchamos y leemos cada día más sobre la definición de la resiliencia por una buena razón:

  • Una mayor resiliencia conduce a un mejor aprendizaje y rendimiento académico/profesional/personal.
  • La resiliencia está relacionada con menores ausencias del trabajo o la escuela debido a enfermedades.
  • Contribuye a reducir los comportamientos de riesgo, incluido el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo y el uso de drogas.
  • Aquellos con mayor resiliencia tienden a estar más involucrados en la comunidad y / o actividades familiares.
  • Una mayor resiliencia está relacionada con tener una mejor salud física y mental.

Ahora bien, ¿cómo puedo saber si soy resiliente?

Sumando capacidades para puntuar la resiliencia

Existe mucha bibliografía al respecto, aunque existe una serie de factores que contribuyen y actúan como marcadores de resiliencia que serían los siguientes:

  • Capacidad para hacer planes realistas y tomar medidas para llevarlos a cabo.
  • Una visión positiva de sí mismo y confianza en sus fortalezas y habilidades.
  • Habilidades de comunicación y resolución de problemas.
  • La capacidad de controlar sentimientos e impulsos emocionales.

El autor y experto en resiliencia Glenn Schiraldi proporciona aún más ejemplos y características de personas resilientes, enumerando fortalezas, rasgos y mecanismos de afrontamiento que están altamente correlacionados con la resiliencia. Y también en mi libro Persistilina puedes conseguir un capítulo completo para ejercitar tu capacidad resiliente y perseverante.

Mi top 10 sería puntuar estas 10 primeras del uno al diez, y mientras más cercano esté tu puntuación al 100 más resiliente serás.

  1. Sentido de autonomía (tener/disfrutar de una independencia adecuada a tu situación personal/familiar; ser autosuficiente; ser menos autoprotector; tener metas para construir una vida mejor)
  2. Saber mantener la calma bajo presión (ecuanimidad, la capacidad de regular los niveles de estrés)
  3. Priorizar el pensamiento racional sobre el impulsivo.
  4. Autoestima (automotivarse e ilusionarse sin estímulos materiales)
  5. Optimismo.
  6. Felicidad e inteligencia emocional.
  7. Significado y propósito (creer y reconocer que tu vida importa).
  8. Mantener un buen sentido del humor.
  9. Altruismo (ayuda solidaria), amor y compasión.
  10. Adaptabilidad (tener persistencia, confianza y flexibilidad; aceptar lo que no se puede controlar; usar habilidades creativas para resolver problemas y estrategias activas de afrontamiento)

Además, estas características también son mencionadas por Glenn Schiraldi:

  1. Tener carácter (integridad, fuerza moral).
  2. Ser curioso (relacionado con el enfoque y el compromiso de aprender más sobre lo desconocido).
  3. Socializar activamente fuera de casa (participación en una amplia gama de actividades, como pasatiempos, actividades educativas, trabajos, pasatiempos sociales y culturales).
  4. Fomentar la competencia social (usar habilidades de vinculación, estar dispuesto a buscar y comprometerse con las relaciones sociales)
  5. Adaptabilidad (tener persistencia, confianza y flexibilidad; aceptar lo que no se puede controlar; usar habilidades creativas para resolver problemas y estrategias activas de afrontamiento)
  6. Fe religiosa intrínseca espiritual.
  7. Una visión a largo plazo del sufrimiento y minimizarlo entendiendo las razones del sufrimiento y las maneras de afrontarlo.
  8. Buenos hábitos de salud (dormir lo suficiente, nutrición y ejercicio; no consumir alcohol u otras sustancias de manera inmoderada; no consumir tabaco en absoluto; mantener una buena apariencia e higiene personal).

En resumen, si una persona tiene conciencia (tanto de sí misma como del entorno que la rodea), maneja sus sentimientos de manera efectiva, controla sus pensamientos, emociones y comportamientos, y comprende que la vida tiene sus inevitables altibajos es una persona resiliente.

Los efectos de la fuerza psicológica en la salud general

Aunque cada punto de esa lista es una buena razón para prestar atención a la resiliencia, el último puede ser el más importante de todos. La resiliencia tiene un impacto poderoso en nuestra salud (y viceversa).

Una revisión reciente de la investigación sobre la resiliencia sugirió que la resiliencia conduce o contribuye a muchos resultados de salud positivos diferentes, que incluyen:

  • La experiencia de emociones más positivas y una mejor regulación de las emociones negativas.
  • Síntomas menos depresivos.
  • Mayor resistencia al estrés.
  • Mejor resolución de problemas, una orientación positiva y una reevaluación de las complicaciones inesperadas.
  • Envejecimiento con mejor salud y mayor sensación de bienestar a pesar de los desafíos relacionados con la edad
  • Mejor recuperación después de una lesiones físicas.

Además, los expertos en resiliencia Harry Mills y Mark Dombeck señalan la investigación de que la resiliencia estimula el funcionamiento del sistema inmunológico. Las personas resilientes pueden manejar mejor las emociones negativas y experimentar más emociones positivas, lo que conduce a resultados de salud objetivamente buenos, como más células del sistema inmunológico y un mejor funcionamiento inmunológico.

Gracias por compartir el post 😉